Sobreviví a mi versión de 'Alice Darling'
Creo que nunca había pasado por una relación tóxica y menos a esta magnitud. Nunca esperé que me sucediera, pero así fue y durante dos años.
En esta oportunidad no vine a escribir para ir en contra de alguien, ni muchos menos del sistema judicial en Venezuela, que bastante que me tildó de p***** y demás, cuando busqué ayuda. Gracias a Dios la recibí al mes de ponerle punto y final a esto.
Casualmente, hace unos meses vi una película que se llama "Alice Darling" (Querida Alice), el trailer me salió en TikTok y enseguida, en la noche de ese sábado, la vi acurrucada en la cama, con el internet extremadamente lento, pero cumplió con el mensaje que tenía que darme.
Como pequeño resumen, no es una cinta realmente explícita pero toda la tensión que ocurre de principio a fin es el completo reflejo de lo que viví por dos años. Sí, dos años donde me sentí bastante mal, donde creía que mi autoestima subía, pero se volvía un enjambre, donde la falta de amor por mí misma no me dejaba ver a mis verdaderos amigos, a mi familia y ese grito de auxilio que necesitaba en que alguien escuchara, entre tanto silencio.
Pero regresando a la película. Alice vivía con su pareja, que no le pegaba, no le gritaba, pero sus comentarios le hacían tanto daño que ella se jalaba el cabello por la ansiedad que le provocaba hablar con él, dormir con él, tener relaciones con él, en fin... hasta comentarle cualquier cosa de su día a día, porque no sabía cómo iba a reaccionar.
Continuamos con la cinta. Él constantemente le pedía que le contará sus cosas, pero llegaba a un punto en que ella se sentía nerviosa, ansiosa; una ansiedad que viví en carne propia. Las palabras "bonitas", palabras de gran elocuencia que al final me hicieron chiquita en un mundo donde ya había aprendido a crecer.
Dato: Al sol de hoy, confieso, que algo en mí cree que debe comentar lo que hizo desde que me despierto hasta que me voy a dormir, solo para mantener la calma entre tanta tempestad y como extra, la palabra favorita de él hacia mí siempre fue "preciosa" y su frase "mi muñeca p****".
Ni las amigas de Alice sabían lo que ella ocultaba, en mi caso lo fueron descubriendo de a poco uno que otro. Alice pudo abrirse con sus amistades durante un viaje a una cabaña de un fin de semana, yo lo hice cuando llamé a mi hermano de emergencia porque estaba teniendo un ataque de ansiedad bastante fuerte y no paraba de llorar ni de temblar.
¿Saben qué más? Alice cuando iba en camino hacia esa casa en el lago empezó a recordar.
Iba en la carretera dentro del vehículo, en el asiento trasero, apoyando su rostro en las dos manos que se posaban en la ventana abierta mientras el viento se sentía en su cabello. Tomó un suspiro y el flashback de lo ocurrido, la presión de ya no sentirse ella misma, hizo que vomitara.
Alice ocultaba sus emociones, como yo, ella se ocultaba en su trabajo, como yo, ella evitaba ver a las personas por problemas que podían ocurrir, como yo. Hay veces que las palabras no tienen que ser gritadas ni eufóricas para lastimar, es más, las que son neutras llegan a destruir como no se tiene una idea.
Yo terminé dos veces la relación, el dos también, pero en las mías, al menos en la última, entendí que no merecía todo este malestar. No solo engordé estando con la persona, no solo me sentí menos querida, es que llegué a pensar que era lo mejor que podía pasarme, porque al final, era 10 años mayor que yo. Grave error.
Han pasado varios meses... 12 exactamente, en los que me he puesto a analizar de qué manera acepté tanto. A mí no me pidieron vestir para ocultarme, sino para mostrar mucho más de lo que quería, a mí no me gritaban me decían "preciosa", a mí no me pegaban, me manipulaban, a mí me revisaban el teléfono todas las veces que nos veíamos, y como eso no era suficiente, en varias ocasiones vigilaban mi WhatsApp desde su propia casa.
Este escrito lo dejaré hasta aquí, tal vez siga luego o no, pero lo comencé a relatar el 9 de julio de 2023, quienes conocen esto, saben que fue justo cuando todo explotó.
Fui la Alice Dalling de mi historia, una que no le deseo ni a mi peor enemigo.


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